Daniel, la historia hacia el Islam de un monje romano
بسم الله والحمد لله
والصلاة والسلام على رسول
الله ، وبعد
Este es un fruto de la da'wah para los salif as salih, se manifestó en baaytul maqdis, en la tierra de los Profetas en Palestina, que Allah (سبحانه وتعالى) la alivie de la injusticia de los judíos. En un principio, recordar lo que el Shaykh Albani (rahimullah) solía repetir, diciendo: «Alhamdulilahi ‘alaah n’matil islam, wa sunnah, alhamdulilah ‘alaah n’matil islaam, wa sunnah.» (Todas las alabanzas son para Allah, por el favor del Islam, y la sunnah, por el favor del Islam el cual Allah otorgó, y el favor de as sunnah que Él concedió).
He aquí la historia del sacerdote o monje con el nombre oficial de Daniel de Roma. Y su nombre actual es Ibrahim. Que Allah le mantenga constante y le dé firmeza en el camino de la rectitud. Él dijo que:
Era un imam de la gente de Roma, hijo de una familia rica, muy adinerada. Quien vivía su vida cómodamente y en el disfrute, niñez y juventud. Gran parte de mi juventud la pasé divirtiéndome con los amigos, disfrutando de coches, los más prestigiosos. Tenía riqueza y dinero, podía comprar todo lo que quisiera. Nada se quedaba corto para mí. Pero incluso desde esa edad, tenía el sentimiento de que realmente le faltaba algo a mi vida, había algo, una especie de vacío que necesitaba llenar. Así que, no todos estos medios de vida que se me dieron, fueron mi meta y objetivo. Por tanto, fui en dirección hacia el din, hacia la religión. Y comencé a leer el Injil, el Evangelio e iba a la iglesia. Y me llené con las recitaciones de los libros cristianos. En estos libros comencé a encontrar algunas respuestas a mis preguntas. Pero aún, incompletas e imperfectas. Solía despertarme temprano cada día e ir a la playa. Contemplando y reflexionando sobre el mar, leyendo los libros y rezando. Después de dos meses, llegué a convencerme de que era incapaz de continuar una vida normal tras llegar a ser religioso. Así que fui a ver a mi padre y le dije que no podía continuar trabajando con él, fui a mi madre y a mis hermanos, les dije que había decidido dejarles, preparé mi equipaje y tomé el tren. Sin saber a donde me dirigía.
Llegué a la ciudad de Bolonia y allí me uní a un monasterio. Fui a la cima de una montaña alta y permanecí allí, en su cima, alrededor de un mes. Sin hablar con nadie. Solamente leyendo y en adoración. Estuve durante casi tres años, moviéndome de un monasterio a otro. Leyendo y en adoración. No como otros sacerdotes o monjes quienes no podían dejar sus monasterios, porque yo no hice la promesa de convertirme en monje en un monasterio concreto. Y esta promesa, normalmente previene a muchos de abandonar estos monasterios a donde ellos mismos se han asignado. Tras este viaje, decidí hacer otro viaje a otros países, fuera de Italia. Comencé mi travesía, un largo viaje, desde Italia, pasando por Eslovenia, Hungría, Austria, Rumanía, Bulgaria, Turquía, Irán, Pakistán, hasta la India. Todo por tierra. Oí el adhan (*llamada a la oración musulmana) en Turquía. También lo había oído en El Cairo, en un viaje anterior. Sin embargo, esta vez me afectó el adhan en Turquía. Y me encantó. Y en mi camino de vuelta, en la frontera iraní-pakistaní, fui al encuentro de una persona chiíta que me invitó con sus amigos y comenzó ha hablarme del Islam acorde a los conceptos shias. Y ellos me mencionaron a los doce imames y no me mencionaron el Islam, los principios del Islam, sino que ellos se centraron en en Chiísmo (*Shia), en Ali (رضي الله عنه : que Allah esté complacido con él), en la espera de su Imam para su liberación, quien vendrá (en su opinión) para librar a la humanidad. Todas estas discusiones no despertaron interés alguno en mí. Y no hubo respuestas a las muchas preguntas que estaba buscando con respecto a la verdad.
Luego, esta persona chiíta se me presentó con el ofrecimiento de aprender el Islam en la ciudad de Qom, la ciudad iraní de Qom. Y como ustedes saben, la ciudad de Qom es la ciudad más importante de sus escuelas, del chi'ísmo o rafidaah. Por lo que me ofrecieron quedarme con ellos en Qom tres meses. No obstante, continué mi viaje, les dejé y me fui a la India. Y cuando me bajé del tren vi a gente llevando lámparas en las primeras horas del amanecer, corriendo en dirección al centro de la ciudad. Así que yo los seguí, y los vi haciendo tawaff, circulando alrededor una kaaf hecha de oro. Ahí me di cuenta de que la India no era el lugar para mí, para buscar lo que estaba buscando. Después, regresé a Italia. Y me quedé un mes, un mes completo en el hospital. Y casi pierdo la vida a causa de la enfermedad que llevaba desde la India pero Allah (سبحانه وتعالى : Glorificado y Ensalzado) me preservó, walhamdulilah (gracias a Dios) y toda la alabanza es para Él. Salí del hospital a mi casa. Y comencé a pensar en los próximos pasos en mi largo viaje. Los pasos que debía tomar. Así que me volví más resuelto a continuar mi búsqueda de la verdad. Regresé al monasterio y empecé a practicar la vida monástica en uno de los monasterios de Roma. Donde el monje principal me pidió que yo les diera el discurso de la palabra, y la promesa esa noche. Yo verdaderamente reflexioné en profundidad y por la mañana decidí que no iba a darles la palabra y esta promesa. Entonces, abandoné el monasterio. Sentí que había algo dentro de mí, empujándome, para que saliera del monasterio.
Después, por lo tanto, decidí ir al Quds, Jerusalén debido a mi creencia en su santidad. Así que me fui al Quds por tierra, pasando por los mismos países por los que pasé antes de mi viaje a la India. Hasta que llegué a Siria, Líbano, 'Amaan y al Quds, donde permanecí durante una semana. Más tarde volví a Italia. Y tenía más y más preguntas. Regresé a mi casa y abrí el Injil, el evangelio. Y sentí que era una necesidad para mí leer el evangelio desde el principio. Por lo que empecé con la Tura (* Torah), pasando a través de las narraciones de los Profetas de los Bani Israel, los hijos de Israel, y a través de esta etapa, el verdadero significado del mensaje que Allah (سبحانه وتعالى) reveló, se volvió cristalino. Comencé a sentirlo. Y esto trajo otras interrogantes a las que no encontré respuesta. Intenté encontrar contestaciones a ellas a través de la búsqueda en mi librería repleta de libros en conexión con el evangelio y la Torah. Inmediatamente recordé el sonido del adhan que solía oir durante mis viajes y, acto seguido, me di cuenta de que los musulmanes creen en un Dios, no otro dios, sino Él. Y esta era la cosa que yo creía de verdad, así que dije: debo, por tanto, aprender el Islam. Luego comencé a recopilar libros sobre el Islam y conmigo tenía el glorioso Qur'an, traducido al italiano, el cual compré en uno de mis viajes. Después de leer estos libros, me di cuenta de que el Islam no es como es entendido por muchos en Occidente, como una religión de matar y de dominación. Sino que me pareció como una religión de Rahma, de misericordia. La encontré cercana en su sentido con el verdadero significado de la Torah y el evangelio. Así, me decidí a volver al Quds porque creí que el Quds era el lugar de los anteriores mensajes recibidos por los profetas.
En cambio, esta vez, tomé el avión desde Italia a Bayt al Maqdis. Y habité en un lugar utilizado por los monjes y las personas que acuden a las pruebas de tiro con arco, el armenio, en la vieja ciudad. En mi maleta llevaba tan solo unas pocas prendas y la traducción del significado del Qur'an en italiano, el evangelio y la Torah. Entonces comencé a leer más y más. Y comparé entre lo que hay en el Qur'an con lo que hay en la Torah y el Evangelio. Así que me dí cuenta de que este era próximo al mensaje de Musa (*Moisés, عليه السلام) e ‘Isaa (*Jesús, عليه السلام), al verdadero. Luego empecé a hablar con algunos musulmanes, preguntándoles sobre el Islam. Hasta que conocí a mi querido amigo, Wasim Hajir. Y hablamos sobre el Islam. Hice muchos amigos y ellos solían explicarme el Islam. Y después de aquello, el hermano Wasim me dijo que me concertaría un encuentro con uno de los llamadores (*predicadores) a Allah en al Quds. La reunión fue con el querido hermano Amjad Salham. Y tuvimos una buena conversación sobre el Islam. El encuentro era con el hermano Amjad Salham. Y una de las cosas que más me afectó fue la historia del honorable compañero, Salman al Farisi, (رضي الله عنها) : que Allah esté complacido con él), por el parecido de mi historia a la suya, en términos de búsqueda de la verdad. Tuvo lugar otro encuentro con el hermano Amjad y sus compañeros, entre ellos estaban fadilatu Sheikh, Hisham al ‘rif, حفظه الله . Como ya sabéis, Hisham al ‘rif, esta en el camino de los Salaf, (حفظه الله : que Allah le preserve) y enseña en el masjid (*mezquita) al Aqsa en el Quds. Tuvo lugar una conversación entre el y yo sobre el Islam y su grandeza. Yo tenía algunas preguntas y él me las respondió, continué visitando a Amjad y Amjad me solía aclarar muchas de las cuestiones.
Por consiguiente, tenía dos opciones: O seguir la verdad, o rechazarla. Y no podía rechazarla después de haber creído que el Islam es el camino recto. Y durante este tiempo, me sentaba solo, sintiendo que el momento de pronunciar kalimatu Tauhid (*la declaración de Tauhid, testimonio de fe, es decir, la shahada) había llegado. Y vino mi hermano (*en la fe) Amjad, y la hora del adhan para Salaatu Duhr (* la oración del mediodía) había comenzado. Acto seguido, pronuncié la shahadah: ash hadu an la illaha ilal lah, wa ash hadu ana muhammadan rasululah. El hermano Amjad me abrazó y me felicitó por el Islam. E hicimos Sujud (*postración con el rostro en el suelo) de agradecimiento a Allah, por esta n’maah. Y me pidió que hiciera Ghusl, tomar un baño, e ir al masjid al Aqsa, para salatu duhr. Y después de que el salaah hubo terminado, conocí a los musalin, la gente rezando, con el testimonio de 'la illaha ilal lah, wa muhammadan rasululah', que Allah me había otorgado, y más tarde, comencé a buscar conocimiento, y Allah (سبحانه وتعالى ) me guió a buscar el conocimiento en el camino sobre el que estaba el Mensajero (ﷺ : que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y sus compañeros, رضي الله عنهم: que Allah esté complacido con todos ellos.Walhamdulilah, ‘aalal islami, wa sunnah. Y todas las alabanzas para Allah por el Islam y la sunnah.
Wa sallallahu ‘alaa Muhammadiin wa ‘alaah alihi wa asahbihi ajma’in. Esta es la historia del hermano Ibrahim, anteriormente Daniel. El ex sacerdote o monje de Roma y su aceptación del Islam tras una larga búsqueda de la verdad. Rogamos a Allah (سبحانه وتعالى ) que lo acepte de él y le dé constancia, nos dé constancia junto con él en el dín (*religión) de la verdad. Y que guíe a aquellos que buscan también la verdad.
Walhamdulilahi rabil ‘alamin, wa sallalahu ‘alaa nabi-inaa Muhammad, wa ‘alaah alihi wa sahbihi wa salim.
*Notas del traductor al castellano.
Para escuchar la historia, click aquí contada por Dr. Saleh as-Saleh (رحمه الله )
Transcrito por - Fatimah bint Mohamed min Canada .
Traducido del inglés por Ummu Abderahman Yasmina al
Andalussia
Texto en castellano: http://perlasdelislam.blogspot.com/ y http://adonaielohenu.blogspot.com/2013/12/daniel-la-historia-hacia-el-islam-un.html
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Texto en inglés:
http://abdurrahman.org/seerah/story-of-islam-roman-monk.html
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