U ZMÁN IBN AFFAN
(Dios se complazca de él)
“Ozmán, es quien más pudor tiene en toda mi Nación".
Hadiz del Mensajero de Dios.
“Ozmán, es quien más pudor tiene en toda mi Nación".
Hadiz del Mensajero de Dios.
1. SU VIDA
Su nombre era Ozmán Ibn Abi Al As Ibn Umaia.
Estaba emparentado con el Mensajero de Dios por su abuelo paterno Abdu Manaf.
Nació Ozmán en Taif, ciudad ubicada sobre las montañas, cercana a Makka, cinco años después del nacimiento del Profeta. Por haber sido su padre un importante comerciante de Quraish, heredó de él una enorme fortuna, con la que inició sus propios negocios, hasta llegar a convertirse en uno de los comerciantes más ricos, antes y después de aceptar el Islam.
Conoció Ozmán el Islam a través de su amigo Abu Bakr y se contó entre los primeros en abrazar su fe.
Fue muy apreciado por el Enviado de Dios.
Se casó con la hija del Mensajero llamada Ruqaia y al fallecer ésta, se casó con su otra hija, Um Kulzum. Tras el fallecimiento de esta última, se disculpó el Profeta de Dios con él, por no tener otra hija con quien casarlo, diciendo:
“Si tuviese una tercera la casaría inmediatamente contigo” Y en otra oportunidad dijo:
“Si tuviese cuarenta hijas las casaría, una tras otra, con Ozmán”13 Fue muy apreciado por el Enviado de Dios, y fue llamado a causa de este parentesco “El de las dos luces” (Dun-Nurein).
13 La legislación islámica prohíbe al hombre casarse con dos hermanas simultáneamente, pero si permite casarse con su cuñada tras la muerte de su esposa.
2. DIJO EL MENSAJERO:
Un hombre del que los ángeles se avergüenzan de él.
Fue Ozmán afable y de buenos principios, extremo en la tolerancia, de mucho pudor, siendo este pudor lo que prevalecía sobre todos los aspectos de su personalidad.
Llegó Ozmán a tal grado en su recato, que fue elogiado por el Mensajero de Dios de esta manera:
Ozmán es quien más pudor tiene en toda mi Nación.
Entre las historias que revelan el gran recato de Ozmán está el relato de la Madre de los creyentes Aisha:
Solicitó un día Abu Bakr permiso para ingresar y ver al Mensajero de Dios quien se hallaba recostado.
Al ser autorizado entró, conversó con él unos instantes y luego se retiró. Sin que transcurriera mucho tiempo llegó Omar, quien al solicitar permiso para entrar y serle concedido, se sentó junto al Mensajero de Dios y más tarde se marchó. Coincidió que luego de ellos, llegó Ozmán, quien solicitó permiso para entrar, al escuchar su voz el Profeta, se sentó luego de haber estado recostado.
Permaneció Ozmán junto al Mensajero un rato y luego se retiró. Al marcharse, Aisha comentó:
-¡Oh, Mensajero de Dios! No vi que te alistases para recibir a Abu Bakr ni a
Omar, como te alistaste para recibir a Ozmán.
Dijo el Mensajero:
“Ciertamente Ozmán tiene mucho pudor y si al autorizarle el ingreso hubiese estado recostado, se hubiese avergonzado al entrar y se habría marchado sin haber satisfecho la necesidad por lo que vino. ¡Oh, Aisha! ¿Acaso no he de tener vergüenza de quien los ángeles se avergüenzan de él?
Dijo el Mensajero:
“Ciertamente Ozmán tiene mucho pudor y si al autorizarle el ingreso hubiese estado recostado, se hubiese avergonzado al entrar y se habría marchado sin haber satisfecho la necesidad por lo que vino. ¡Oh, Aisha! ¿Acaso no he de tener vergüenza de quien los ángeles se avergüenzan de él?
Así era el recato de Ozmán, innato en él, sin apartarse de su vida un solo instante. Solía ser elogiado por el Profeta quien decía:
El más misericordioso de mi Nación: Abu Bakr.
El más estricto en la religión de Dios: Omar
El de mayor pudor: Ozmán.
3. EL PRIMERO EN EMIGRAR POR LA CAUSA DE DIOS
Al intensificarse la persecución y el maltrato que ejercía Quraish sobre el Profeta y sus Compañeros, soportó Ozmán el castigo y el odio, por ser uno de los primeros en creer en el Islam.
Se encargó de castigarlo su tío Al Hakam Ibn Al As, quien amarrándolo le gritaba:
-¿Acaso abandonas la religión de tus padres por una innovadora?
-¡Por Dios que jamás aflojaré tus ataduras hasta que abandones esa religión en la que crees!
Pero Ozmán, soportando el castigo que le infligía su tío, contestaba con fe y firmeza:
-¡No abandonaré jamás la religión de Dios y no me apartaré de ella!
Al incrementarse el número de musulmanes y volverse esta persecución cada vez más hostil, ordenó el Enviado de Dios a sus Compañeros que emigrasen a Abisinia diciéndoles:
-“Dirigios a la tierra de Abisinia, ella es gobernada por un rey justo y la verdad prevalece en su reino, hasta que Dios les otorgue un lugar donde podáis adorarlo con tranquilidad y establecer una comunidad islámica”.
Fue Ozmán el primero en emigrar a Abisinia, y con él su esposa Ruqaia, hija del Mensajero de Dios.
Éste, al despedirlos, dijo:
“Por cierto que ellos dos son los primeros que emigran por la causa de Dios, después de haberlo hecho el Profeta Lot”.
4. HISTORIAS SOBRE SU ALTRUISMO Y GENEROSIDAD
Al emigrar el Enviado de Dios y sus Compañeros a Medina, fueron sorprendidos por la escasez de agua. Se dirigieron a un pozo perteneciente a un judío que vendía la cantimplora al precio de un “mud” (medida equivalente a 2,5 kg. aprox. de trigo).
Expresó el Profeta su deseo de que alguno de los musulmanes lo comprase y lo destinase a sus hermanos en la fe. Al escuchar esto Ozmán se apresuro y compró el pozo a veinte mil dirham, donándolo para que los musulmanes bebieran de su agua libremente.
Cuando dispuso el Enviado de Dios ampliar su mezquita con la compra de una parcela colindante a ella, Ozmán se dirigió hacia sus dueños y la compró, pagando por ella veinticinco mil dirham.
Entre sus destacadas actuaciones como Califa, cabe mencionar que Ozmán tuvo a su cargo una de las más importantes ampliaciones de la mezquita del Profeta, embelleciéndola y equipándola con lo mejor de la época.
Al decidir el Profeta combatir a los bizantinos, las fuerzas musulmanas se encontraban en una difícil y estrecha situación económica. Además por ser verano, una estación extremadamente calurosa, estas fuerzas fueron llamadas “el ejército de la dificultad".
Contempló el Enviado de Dios las filas y dijo:
“Quien dé provisiones a este ejército, Dios le perdonará sus pecados”.
Fue Ozmán el primero en responder a esta convocatoria, aprovisionó a todo el ejército, entregando novecientos cuarenta camellos y sesenta caballos.
En una oportunidad, una terrible sequía azotó a los musulmanes, durante el Califato de Abu Bakr As Siddiq quien dijo:
Si Dios quiere, mañana, antes del ocaso, El Altísimo nos dará una salida.
Al amanecer del día siguiente arribó a Medina la caravana perteneciente a Ozmán proveniente de Siria, con mil camellos cargados de trigo, aceite, pasas de uva,
deteniéndose frente a la casa de Ozmán. Se
congregaron los comerciantes pidiéndole que les vendiese sus mercancías.
Preguntó Ozmán: -¿Cuánto me ofrecéis de ganancia?
Dijeron: -El veinte por ciento.
Dijo: -Me fue ofrecido más.
Dijeron: -El cincuenta por ciento.
Ozmán: -Me fue ofrecido más aún.
Dijeron: -¿Y quién es el que te ha ofrecido más? Si somos nosotros los comerciantes de la ciudad.
Dijo: -Ciertamente Dios me ha ofrecido el mil por ciento. ¿Acaso hay entre vosotros quienes me ofrezcan más?
Desencantados, los comerciantes comenzaron a alejarse, entonces dijo:
-¡Oh, Señor mío! La entrego a los pobres y necesitados de Medina sin esperar otra cosa a cambio que Tu recompensa.
5. EMBAJADOR DEL MENSAJERO DE DIOS
Preguntó Ozmán: -¿Cuánto me ofrecéis de ganancia?
Dijeron: -El veinte por ciento.
Dijo: -Me fue ofrecido más.
Dijeron: -El cincuenta por ciento.
Ozmán: -Me fue ofrecido más aún.
Dijeron: -¿Y quién es el que te ha ofrecido más? Si somos nosotros los comerciantes de la ciudad.
Dijo: -Ciertamente Dios me ha ofrecido el mil por ciento. ¿Acaso hay entre vosotros quienes me ofrezcan más?
Desencantados, los comerciantes comenzaron a alejarse, entonces dijo:
-¡Oh, Señor mío! La entrego a los pobres y necesitados de Medina sin esperar otra cosa a cambio que Tu recompensa.
5. EMBAJADOR DEL MENSAJERO DE DIOS
En el año de Hudeibía14 el Profeta decidió enviar a Omar Ibn Al Jattab a Makka para que informase a los jefes de Quraish sobre su llegada; Omar objetó diciendo:
-¡Oh, Mensajero de Dios! Temo por mi seguridad, no hay nadie de mi tribu en Makka que pueda protegerme, por cierto que los de Quraish bien conocen mi enemistad con ellos.
Puedo indicarte un hombre más apreciado por ellos para esta misión. Ozmán Ibn Afran.
Convocó el Profeta a Ozmán y lo envió para comunicar a los jefes de Quraish que él no iría para combatirlos, sino para visitar la Casa Sagrada y realizar "al-Umra" o peregrinación menor.
Después de aceptar la proposición del Profeta, Ozmán partió hacia Makka, encontrando en las afueras de la ciudad a Abán -el hijo de Sa'id Ibn Al As- quien le brindó ayuda y protección durante su misión.
Se reunió Ozmán con los jefes de Quraish, les transmitió su mensaje, y obtuvo como respuesta:
-Si deseas circunvalar15 alrededor de la Ka'aba, hazlo. Ozmán les respondió:
-Hemos venido todos para honrar la antigua casa de Dios y sacrificar el ganado que hemos traído como ofrenda. No quisiera circunvalar antes de que lo haga el propio Enviado de Dios. No lo haré hasta que lo haga el Mensajero. Debido a esta actitud fue hecho prisionero.
Al demorar más de lo previsto las conversaciones, comenzaron los musulmanes a pensar en la suerte corrida por Ozmán, sobre todo después de que se extendiera el rumor que había sido asesinado. Esto hizo entristecer enormemente a todos los musulmanes, percatándose de la traición de Quraish con un hombre, que llegó a ellos en misión de paz, además de ocurrir en un mes y lugar considerados sagrados.
Al escuchar el Mensajero de Dios la noticia exclamó:
-No abandonaremos nuestra posición, sino luego de combatirlos. Congregó bajo la sombra de un árbol de aquel valle a sus Compañeros, todos juraron fidelidad y luchar hasta en la muerte. Esto se denominó "El juramento de la complacencia" (Baiatu Riduan).
Por este motivo reveló el Altísimo:
"Dios ha estado satisfecho de los creyentes cuando éstos te juraron
fidelidad al pie del árbol, El sabía lo que sus corazones encerraban e hizo
descender sobre ellos el sosiego, prometiéndoles, como recompensa, un éxito
cercano". Sura 48, aleya 18.
Más tarde, descubrieron la mentira sobre la noticia de su muerte. Retornó Ozmán, luego
de un tiempo, al campamento de los creyentes, quienes habían demostrado su
fortaleza, sacrificio y amor por el Mensajero de Dios y su noble causa. A
pesar de este feliz desenlace, el compromiso de Al-Riduan ha constituido, desde
entonces, una fehaciente prueba histórica de los sólidos lazos fraternales que
unen a todos los musulmanes con su Profeta.
15 Cumplir dando siete vueltas alrededor de la Ka'aba.
6. EL CALIFATO DE OZMÁN
Omar Ibn Al Jattab ordenó que luego de su muerte, decidieran quién asumirla el Califato en una asamblea compuesta por: Ozmán Ibn Affan, Alí Ibn Abi Talib, Talha Ibn Ubaidullah, AzZubeir Ibn Al Auam, Saad Ibn Abi Uaqqas y Abdurrahman Ibn Auf. (Seis de los Compañeros, a quienes el Profeta les había albriciado con el Paraíso en vida).
Sin embargo, algunos de los Sahabas insistieron en que Omar eligiese él mismo al próximo Califa, pero éste se negó, diciendo:
-¿Acaso he de cargar vuestros asuntos estando vivo y también después de la muerte?
Podría nombrar un sucesor, como lo hizo quien era mejor que yo (Abu Bakr), y también podría dejar el asunto en manos de los musulmanes como lo dejó quien fuera mejor que yo, el Mensajero de Dios.
Luego dirigió estas palabras, a quienes participaban en la asamblea (Shura):
-Cuando muera consúltense mutuamente durante tres días, pero que no os sobrevenga el cuarto, sin que hayan elegido el Califa de entre vosotros.
Por temor a Dios y por su piedad, Omar no nombró como participante de la asamblea a su primo Said Ibn Zaid Ibn Amr Ibn Nafil. Omar temía que éste fuese elegido por el respeto y consideración que tenían por el Califa. Por esto no lo nombró como integrante, a pesar de ser uno de los que se le había albriciado con el Paraíso en vida.
También aconsejó Omar a los miembros de la Shura diciéndoles:
-Os dejo a mi hijo Abdullah16 para que lo consultéis en caso de necesidad, pero no para ser elegido.
Así, se reunieron luego de la muerte de Omar siendo elegido Ozmán Ibn Affan como tercer Califa. Se prestaron los musulmanes a jurarle fidelidad, siendo el primero en hacerlo Alí Ibn Abi Talib.
16 Abdullah Ibn Omar, uno de los grandes sabios de la jurisprudencia islámica, además de ser, luego de Abu Huraira, quien más Ahadiz relató.
7. OZMÁN, RECOPILA EL CORÁN
Durante el Califato de Abu Bakr y por consejo de Omar Ibn Al Jattab estableció el Califa que se recopilara el Corán en un solo libro; y confió la supervisión de esta obra majestuosa al ilustre Sahabi, Zaid Ibn Zabit.
Este era, sin duda, el más indicado para hacerlo, por ser quien memorizaba el Corán en su totalidad y uno de los escribas que más tiempo había permanecido junto al Profeta cuando recibía la revelación.
Cooperaron con Zaid Ibn Zabit durante la recopilación un gran número de memorizadores del Corán, y también quienes lo escribían al ser revelado. Fue tan cauto y minucioso en su recopilación, que no caben dudas de su certificación.
De esta manera, las aleyas que se encontraban en el corazón de los memorizadores, o las que estaban escritas sobre pieles, se condensaron en un solo libro, ordenándose las suras y aleyas.
Este ejemplar fue guardado por Abu Bakr y luego de su muerte lo custodió Omar.
Durante el Califato de Omar Ibn Al Jattab y posteriormente en el de Ozmán la Nación islámica comenzó a expandirse, por lo que el Sagrado Corán se convirtió en la legislación de una gran Nación, que abarcaba un extenso territorio formado por numerosos pueblos. Poseían cada uno de ellos un idioma y un coloquio particular, evidenciándose un peligro por las diferencias en su lectura (presentando discrepancias en su interpretación y aplicación).
Quien descubrió este peligro fue el Sahabi Hudeifa Ibn Al Iaman durante una batalla, por lo que prestamente se dirigió al Califa y le dijo:
-¡Oh, Emir de los creyentes! Advierte a esta Nación antes que discrepen con su Libro, como lo hicieron quienes nos precedieron.
De inmediato ordenó Ozmán a los Sahabas reunirse y les consultó sobre este importante tema. Ordenó que se escribiera el Corán en una sola tipografía para que coincidieran los musulmanes, de esa época y para siempre, en una única forma de lectura. Le solicitó esto a Zaid Ibn Zabit, quien era uno de los escribas de la revelación y recopilador del Mensaje en épocas de Abu Bakr.
Al completar esta magnífica labor, ordenó el Califa realizar varias copias y envió a cada provincia un ejemplar, convirtiéndose desde aquella época hasta nuestros días como "La copia de Ozmán". Fue ese primer Corán la base fundamental para mantenerlo inalterable hasta nuestros días.
Destacándose Ozmán por ser uno de los escribas durante la revelación del Sagrado Corán.
Es importante mencionar aquí que la expansión del Islam desde el Califato de Abu Bakr y el de Omar se extendió con Ozmán hasta abarcar gran parte de Asia y África.
8. EL DESCONTENTO ENTRE LOS MUSULMANES...
Con las conquistas, comenzaron a incrementarse los bienes de algunos musulmanes, creándose dos grupos:
-El de los terratenientes, quienes compraban grandes extensiones de tierra y construían palacios.
-El de gente humilde y disconforme con estos últimos, incluso expresando su desacuerdo con los gobernantes.
Fue Abu Dhar Al-Ghifari quien inició una protesta contra estos ricos e invitó a apiadarse de los pobres, comenzando así las primeras reacciones populares en el Califato de Ozmán.
Abdallah Ibn Saba, quien abrazó el Islam de palabra pero no de corazón, comenzó con una difamación sistemática contra el Islam y su gobierno, encontrando en muchas provincias eco a su convocatoria, logrando crear un malestar generalizado, a expensas de la tolerancia del Califa Ozmán y su avanzada edad.
Coincidiendo con la peregrinación a la Ka'aba, Ozmán reunió a los responsables de las provincias analizando junto a ellos la situación por el malestar que reinaba, expresándole éstos que no existían acusaciones y que eran absurdas las convocatorias.
A la luz de estos acontecimientos, los disidentes se trasladaron a Medina para entrevistarse con el Califa, discutiendo enérgicamente la política trazada. Posteriormente, asediaron su casa y lo atacaron, hasta darle muerte, a pesar de los intentos de defensa por parte de Al Hasan, Al Husein, y Abdullah Ibn Az Zubeir.
Es de destacar que, cuando fue asesinado el Califa Ozmán, se encontraba leyendo el Sagrado Corán.
9. EL LEGADO DE OZMÁN
Al morir, como mártir, fueron resguardadas las pertenencias de Ozmán, encontrándose un cofre que contenía un pliego en forma de testamento, que decía:
"En el nombre de Dios, Clemente, Misericordioso.
Ozmán Ibn Affan, atestigua que no hay más divinidad salvo Dios, quien no tiene
asociados, y atestigua que Muhammad es Su Siervo y Mensajero.
Que el Paraíso es verdadero. Que Dios resucitará a quienes están en las tumbas
en un día innegable (el Día del Juicio). Y que Dios no falta a su promesa.
Según esta fe he vivido y he muerto y según esta fe seré resucitado, si Dios
así lo desea
Que Dios tenga misericordia de Ozmán y se complazca de él.
Fuente: Los Califas Ejemplares -Al Julafa Ar Rashidun.
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