viernes, 30 de noviembre de 2012

Descríbeme a 'Ali (radhiallahu anhu)...

Descríbeme a 'Ali (radhiallahu anhu)...



Después de fallecer 'Ali (radhiallahu anhu), Mu'awiyah bin Abi Sufyan le dijo a Dirar bin Damrah:

"Descríbeme a 'Ali".

"¿No me eximirás de responderte?", dijo Dirar.

"No, descríbele", insistió Mu'awiyah.

"Por favor exímeme de hacerlo", dijo Dirar.

"No lo haré", dijo Mu'awiyah.

"Así lo haré entonces", dijo Dirar con un suspiro.

"Por Allah, él tenía buena vista y era muy fuerte. Él habló con una finalidad veraz, de modo que, a través de él, la verdad llegó a ser distinguida de la falsedad. Gobernó justamente, y el conocimiento brotaba profusamente de él, así como la sabiduría. Sintió una aversión hacia el mundo y su placer. Se sentía cómodo con la noche y su oscuridad (significa que oró mucho).

Por Allah, él lloraba abundantemente por el temor de Allah; pasaba largos períodos de tiempo en la contemplación, en cuyo tiempo conversaba con su alma. Mostró una preferencia por las ropas ásperas, humildes, y por la comida de menor calidad. Por Allah, era como si -en su humildad- fuera como uno de nosotros: cuando le hacíamos una pregunta, él nos respondía; cuando íbamos a él, él iniciaba el salam; y cuando le invitábamos a nuestros hogares, él venía con nosotros. A pesar de su cercanía a nosotros, nosotros no hablábamos libremente con él, debido a la dignidad y el honor que exudaba si sonreía, él revelaba sus dientes como perlas rectas y regulares. Honró a la gente religiosa y amó a los pobres. La persona fuerte no podía esperar ganar sus favores a través de la falsedad, y la persona débil nunca perdió la esperanza en su justicia. Juro por Allah, que en ciertas ocasiones, le vi en su lugar de oración cuando la noche era oscura y sólo unas pocas estrellas podían ser vistas; él asía su barba y lloraba de la manera en que una persona muy triste llora; y le escuchaba decir:


"Oh mundo, oh mundo, ¿estás ofreciéndote a mí? ¿Me deseas? ¡Nunca! ¡Nunca! Engaña a otro que a mí, te he divorciado por la tercera vez, para que no puedas volver a mí (metafóricamente, por supuesto; él alude al hecho que, en el Islam, el tercer divorcio es el definitivo) tu vida es corta, la existencia que ofreces es ínfima, y tu peligrosidad es grande. ¡Ay por la escasez del sustento (buenas acciones), la gran distancia del viaje, y la soledad del camino!"

Al oír esta descripción, los ojos de Mu'ayiwah se llenaron de lágrimas, no siendo capaz de contenerlas se vio forzado a secarlas con el puño de sus mangas; y lo mismo puede ser dicho de aquellos que estaban presentes. Mu'awiyah entonces dijo: "que Allah tenga misericordia del padre de al-Hasan, pues él fue, por Allah, justo como me describiste que fue."

Entonces él dijo: "Oh Dirar, describe tu tristeza por haberle perdido."

"Mi tristeza", comenzó a decir Dirar, "es como la tristeza de una mujer que no puede controlar sus lágrimas ni mitigar su pena después de que su hijo, mientras que está en su regazo, ha sido asesinado."
Dirar entonces se puso en pie y se fue.



Fuente: Sifatus-Safwah 1/66
Traducido del inglés al castellano por: Hajar al-Andalusiyya para el equipo de traducción del foro "Musulmana de Ahlul Sunna Wa'al Yama'a" y www.nuralaaldarb.blogspot.com

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